jueves, 7 de octubre de 2010

Palabras

A veces olvido lo poderosas que son. Las palabras adecuadas en el momento oportuno pueden cambiar el ritmo de los acontecimientos, precipitar guerras, levantar naciones o hundir empresas. Pero a una escala menos global, también son poderosas; unas palabras de consuelo pueden despertar una sonrisa, precipitar una lágrima, bien escogidas pueden hacer que un corazón se acelere, o romperlo en mil pedazos. Pueden hacer volar la imaginación, crear mundos nuevos formados únicamente por sueños. Son capaces de prender la chispa del odio, de aterrar la mente y nublar los sentidos. Distorsionar la verdad de mil formas hasta que la realidad desaparezca de vista. Las palabras son un arma poderosa y versátil que al igual que otras armas si no se usa correctamente puede volverse en tu contra. Yo temo ese poder pues más de una vez he visto como las que creía las palabras adecuadas se volvían contra mi y destrozaban mi existencia.
Sed precavidos, no utiliceis este poder en vano, no confiéis vuestras palabras a cualquiera. No cometais mis errores, y no tendreis que temer como yo, el no llegar a ser felices.

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