domingo, 3 de octubre de 2010

Insomnio

Aquí estoy sin poder dormir, que curioso es el insomnio. El sueño se acumula más y más pero la cabeza no quiere apagarse, no consigo darle a mis pensamientos el descanso que necesitan. Simplemente sigo consciente, con los sentidos abotargados y sumido en una espiral ideas y delirios, de recuerdos y planes. No soy capaz de dejar de pensar en lo que he perdido, la gente va y viene, pero los recuerdos que nos dejaron permanecen en nuestra memoria, eso hace que me pregunte, ¿que clase de recuerdos dejaré yo en los demás? ¿buenos, malos?
Lo que más miedo da es no dejar ninguno, que nuestra presencia no haya influido en nadie, no ser lo suficientemente importantes como para marcar una diferencia. Un temor bastante generalizado, pero, ¿por que? ¿Que importancia tiene? La inmortalidad nos aguarda en los libros de historia, en los recuerdos de nuestros conocidos, en las cartas que escribimos, la fotos que inmortalizan nuestro paso por el mundo. Aunque es curioso como cuando vemos una foto antigua o leemos una carta, ese recuerdo parcialemente idealizado de nosotros mismos choca con la pasada realidad. Esas palabras que recordabamos ingeniosas e inspiradas son en realidad una sarta de estupideces sin el menor sentido (veremos como trata el tiempo a este mi pseudo diario virtual). Y en las fotos solo vemos una especie de bocetos de nosotros mismos, aun incompletos. La mente nos engaña, pero son engaños sin los cuales no podriamos ni querriamos vivir.

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